Con fotografías de Roberto Gutiérrez Contreras bajo permiso del CENART, del Ceprodac y del INBA.
La danza contemporánea es, sin duda, una manera de comprender el arte que rompe con las generalidades conservadoras de la apreciación artística, permitiendo explorar las capacidades físicas del cuerpo, así como los movimientos que surgen de los ritmos tanto modernos como clásicos. En este sentido, la obra titulada “Seducción”, del coreógrafo Hamid El Kabouss, absorbe todos estos elementos, conjuntándolos con elementos teatrales y acrobáticos dentro del escenario, mismo que durante una producción de 60 minutos explora las emociones y sentimientos del espectro amoroso.
Esta puesta en escena se trata de una coproducción internacional realizada por el Centro de Producción de Danza Contemporánea (CeProDaC) del Instituto Nacional de Bellas Artes, así como por el Instituto Francés de América Latina y la Embajada de Francia en México, dirigida por el coreógrafo de origen marroquí/francés Hamid El Kabouss, un joven artista dentro del mundo de la danza que ha sido ganador de campeonatos mundiales dentro de eventos de danza urbana, especialmente de break dance, destacando especialmente en los escenarios de festivales europeos.
Hamid El Kabouss comenzó como acróbata y especializándose en las técnicas del hip-hop, llegando a los límites entre este y la danza contemporánea, brindando al mismo tiempo su perspectiva como migrante. Dentro de su experiencia curricular, ha trabajado montando coreografías para instituciones como Montpellier Danse, ZAT, I’Opera Orchestre National de Montpellier, el Théâtre Jean Vilar y la Casa Musicale de Perpignan, para en el 2017, convertirse en coreógrafo asociado de la escena nacional d’Ales, además de crear la compañía MIM•H en Montpellier.
En cuanto a la puesta en escena, Seducción ofrece una narrativa que explora a través del movimiento de los cuerpos en conjunción con la música, misma que nos lleva desde ritmos como el jazz, el hip-hop, el blues y conjuntos armónicos que van desde la sutil ternura hasta lo descarado de las fuerzas pasionales.
Los movimientos de los bailarines no solamente quedan en la parte de la danza, estos trascienden hasta la teatralidad de los gestos, haciendo una coreografía total de cada músculo de los cuerpos que salen a escena, siendo así que nos transportan a un mundo lleno de emociones, sensaciones y nos integran dentro de la imaginación de espectadores a su calidez, a su ternura, a su desesperación, sus anhelos y sus decepciones, nos incluyen en la mirada a un juego pasional, con un ligero erotismo implícito, a veces lleno de comedia o picardía, otras a una pasión desgarradora o a una tristeza cargada de desilusión.
La historia se centra en el proceso de las relaciones, comenzando desde el momento de conocerse, de coquetear, de ir comenzando a atraerse, observarse y mostrar cada uno sus mejores atributos, el seguir el comportamiento de la galantería, coincidiendo con la forma animal de mostrarse como un excelente candidato a pareja, para iniciar con la competencia, con el sentido básico de la supervivencia de quien mejores atributos posea, así como de comenzar la selección de quien nos atraiga más, pero ¿y si quien nos gusta no posee un sentimiento recíproco? Entonces luchamos, nos aferramos a la idea de ser atractivos, de agarrarlo a como de lugar, es quien nos hace sentir bien y no pensamos dejarlo, hasta llegar al punto de hundirnos en nuestras propias pasiones, en aquel mar lleno de deseos, en el que a veces logramos salir a tomar aire, solamente para volver a sumergirnos en la profundidad, hasta que nos damos cuenta de que, a quien anhelamos, se ha ido.
Entonces entra el proceso de la soledad, de la añoranza, de sentirnos atrapados por nosotros mismos, de percibir el miedo y la duda de lo habría pasado. Rodamos, nos caemos, para finalmente, ponernos de pie nuevamente, altivos, sabiendo que no es el fin y que es tiempo de iniciar otra vez, pero, es entonces cuando nos damos cuenta de que hemos llegado al punto donde nuestras emociones se han enredado, que nos hemos quedado sutilmente atrapados a la red de los otros, comenzamos a luchar por liberarnos pero en lugar de eso quedamos más atrapados, luchamos con desesperación, pero los otros nos vuelven a llevar al centro y, ahora, solamente somos parte del contenido de una caja, apretados y sin podernos siquiera mover, seguimos luchando por respirar, por sentir un poco de libertad, por ver si hay alguna salida que nos deje volver a ser nosotros mismos y no la gran madeja humana que nos hemos vuelto.
Finalmente caemos otra vez, la pasión no nos liberará, nos volverá a llevar junto a los otros, a regresar al deseo y a la aflicción, sin importar cuantas veces tratemos de escapar, siempre volveremos a donde nos han adoptado, a donde nos han aceptado como parte de ellos.
Seducción es una obra a veces cómica, a veces intrigante, a veces tierna y otras veces pasional, tal y como es el juego de la seducción en la vida, el coreógrafo Hamid El Kabouss ha sabido transpolar esas sensaciones hasta la danza y la teatralidad, a través de los bailarines Yansi Méndez, Alejandra Corona, Samantha Nevarez, Guillermo Obele, Sergio Anselmo Orozco y Ángel Garnica, todos miembros del Ceprodac del INBA, así como de la música de Camille Saint-Saëns, Philip Glass, Stavros Lantsias y Antonio Sánchez y por último, con el maravilloso manejo del claroscuro, la iluminación de Rafael Mendoza y la escenografía de Jesús Lugo.
Seducción se presentará a partir de hoy viernes 6 de julio a las 19:00 horas, así como el sábado 7 y domingo 8 de este mismo mes a las 18:00 horas en el teatro Raúl Flores Canelo, al interior del Centro Nacional de las Artes (CENART). Entrada libre. Para mayor información en la página del CENART o en el evento dentro de Facebook.
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