Fotografías tomadas por Roberto G. Contreras bajo autorización de Galería Casa Lamm.
Dicen los psicólogos que los sueños son aquellas emociones que han quedado atrapadas en nuestro subconsciente, pero ¿qué pasa cuando lo que vemos en sueños lo trasladamos a través de la pintura al mundo donde estamos despiertos? Esto precisamente es lo que realiza Guillermo Arreola en su exposición «Conjuro».
De todos es sabido que nuestro país no es pura belleza, es una nación llena de matices, de colores tanto luminosos como oscuros, de sabores agridulces tanto en su comida como en los acontecimientos diarios, y es precisamente todas esas características las que se han guardado en los sueños de Guillermo Arreola, aquellos eventos trágicos, los devenires históricos que con fuerza han cincelado los sueños y las pesadillas que éste pintor nos ofrece en su pintura.
Guillermo no nos da tonos y pinceladas suaves, por el contrario, nos muestra la crudeza de la realidad que vemos día a día en los noticieros, en los reclamos de las manifestaciones, en la violencia y en la fuerza de los hechos que mientras dormimos nos hacen estremecer. Guillermo nos deja una estética fuerte, la agresividad con la que nos sacude es precisamente la ferocidad de las tierras sembradas con muertos y con sangre, pero que, en su narrativa, nos recuerda que somos una nación en la que no todo es oscuridad, también hay momentos de luz y claridad, destellos azules y cobrizos, ocres y marrones, con burbujas que se plasman de forma etérea y, mágicamente más allá de esa violencia de la que se quiere escapar.
Sabemos al mirar sus obras que, no solamente es el reflejo de las noticias y de la historia, no son fotografías de los eventos cotidianos, sino que Arreola nos abre más que su paleta de colores, nos deja pasar a lo más profundo de su intimidad, a sus emociones y sensaciones, aquellas que todos tenemos mientras dormimos, aquellas que nos erizan la piel con los recuerdos, con las tristezas, los miedos y los enojos, lo que sabemos que sentimos pero que no nos atrevemos a confesar, precisamente porque sabemos que en el río de noticias desagradables, nos hemos insensibilizado como sociedad, nos convertimos en las personas que pasamos junto al canal de aguas negras pero estamos tan acostumbrados a su hedor que lo terminamos ignorando, tapando simplemente nuestras fosas nasales mientras que continuamos nuestro camino.
Mientras tanto, este artista nos recuerda que, aunque ignoremos, aunque creamos que es normal, la realidad aún permanecerá violenta, aún permeará en nuestros sueños y, al despertar, seguirá siendo real, sin importar que la veamos como cotidianeidad.
En su pincel, Arreola nos muestra huesos, fantasmas, cuevas, animales callejeros que buscan escapar del hambre, gritos desesperados de terror, angustia y frustración, entidades humanoides con la expresión muerta, fuegos fatuos que provienen de fosas clandestinas y noticias que se vuelven borrones de la historia, manchas de sangre que se juntan en los caudales de los ríos hasta su último encuentro con el mar.
Esta exposición se encuentra en el salón Elena Lamm de Galería Casa Lamm, la ubicación, Álvaro Obregón No. 99, colonia Roma en la delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México en los horarios de la galería, para más información en la página de Galería Casa Lamm.
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