Fotografías por Roberto G. Contreras, con autorización del Museo Nacional de Arte y cortesía del Museo Nacional de Arte.
El arte va más allá de lo que es la apreciación estética, se trata de una comunicación de los intereses de otras personas con el público que llega a acercarse a las obras de los artistas, ahí radica su valor práctico del arte y, en casos como lo son las artes visuales, poseen además un sentido de comunicación histórica, tal y como es el caso de la fotografía. A nivel mundial, la fotografía comenzó como la conocemos en 1839, siendo México uno de los primeros países en contar con fotografías, como la muy conocida del grabador francés Jean Prelier Dudoille (George Eastman Museum, 2003), la cual retrata al puerto de Veracruz con el convento de San Francisco y el fuerte de San Juan de Ulúa. Pero la realidad es que desde aquél entonces, México ha contado con un gran patrimonio fotográfico, mucho del cual hasta la fecha era desconocido, pero gracias a la exposición fotográfica Alfred Briquet (1833-1926) podemos conocer y admirar, así como apreciar nuestro pasado histórico en imágenes.
La exposición Alfred Briquet (1833-1926), forma parte del Festival FotoMéxico 2017, el cual contará con un total de 41 sedes en la Ciudad de México, así como un total de 147 exposiciones en 23 ciudades y más de 600 artistas así como un programa de talleres y de charlas, incluidas las actividades en el Museo Nacional de Arte, quien participa con la muestra de 70 fotografías, 38 de las cuales fueron tomadas por el fotógrafo oficialista francés Alfred Briquet, así como el resto por sus contemporáneos para dejar testimonio del desarrollo de México durante la segunda mitad del siglo XIX.

En la conferencia de prensa de la exposición, Elena Navarro, directora del Festival FotoMéxico 2017, señaló que justamente inicia en esta semana la segunda edición del festival, con la intención de invitarnos «a reflexionar sobre la fotografía desde un punto de vista plural, etnográfico, antropológico y multidisciplinario» (Navarro, 2017), señaló además que es muy significativo para el festival que el Museo Nacional de Arte forme parte de esta exposición, especialmente por su actitud y propuesta de fomentar y trabajar en torno a la fotografía. Navarro comentó que en el marco del festival se ha buscado que cada sede siga su propia línea de trabajo en relación con las exposiciones, siendo especial que la exposición de Briquet basada en la fotografía del siglo XIX, tome como recinto al Museo Nacional de Arte que actualmente mantiene exposiciones de artistas de ese periodo de tiempo. Continuando con su presentación, Elena Navarro destaca que «necesitamos reflexionar sobre qué está pasando en el mundo y ofrecer o proponer otras miradas y otras maneras de mirar» (Navarro, 2017)
Por su parte, la Doctora Sara Baz Sánchez señaló que para los que forman parte del Museo Nacional de Arte «es un orgullo formar parte del Festival FotoMéxico en esta emisión» (Baz Sánchez, 2017), así como que desde un principio que comenzaron las pláticas y, supieron que la temática del festival es «Latitudes», se pensó en la propuesta que el curador Grégory Leroy había planteado, la cual daba la pauta para abordar algo que previamente no se había realizado en el museo, ya que han pasado varios años de que se habían distanciado de las exposiciones de fotografía, lo cual pareció un acoplamiento ideal retomarlo en el marco del festival, así como aportar lo que el recinto puede brindar dentro de los periodos históricos, permitiendo al museo ostentar a quien presenta a los «abuelitos» de la fotografía.

Ya al interior de la exposición, menciona el curador Grégory Leroy, que la muestra se titula Alfred Briquet debido a que es quizás, el fotógrafo francés más famoso que vino a México en el siglo XIX, pero también se deseó mostrar los artistas que estuvieron antes que él, siendo aproximadamente diez fotógrafos franceses, teniendo como fotografía más antigua, dentro de la exposición, un daguerrotipo de 1851, el cual fue tomado por un fotógrafo anónimo, compatriota de Briquet, que muestra la tumba de un comerciante de la misma nación, el cual vivió y murió en México, enterrado en el Panteón Francés y que posiblemente por encargo familiar se solicitó un registro de esa tumba, siendo quizás una de las vistas más antiguas sobre algo de México.
Sería muy difícil hablar de todas las fotografías que han sido expuestas, pero quizás una de las más importantes se trate del retrato del General Porfirio Díaz de 1867, del fotógrafo François Aubert, siendo uno de los más nombrados de toda la exposición.
Una de las fotografías que cobran mayor importancia se trata de la Casa de Cortés, tomada por Paul de Rosti en 1858, siendo una de las más antiguas fotografías impresas en papel. Cabe destacar que Paul de Rosti se trataba de un fotógrafo húngaro que por razones políticas tuvo que emigrar a Francia, donde estudió fotografía, para posteriormente viajar a Venezuela y de ahí a México. Por diferentes motivos, las fotografías de este autor son sumamente raras, teniendo de este tipo solamente cuatro registros, encontrándose sus fotografías en colecciones particulares de México y de Hungría.
Otra serie de fotografías que toman importancia emotiva, se tratan de las que registraron la visita de la tribu kikapú a México, la cual tuvo que emigrar del sur de Estados Unidos al norte de México debido a persecuciones, de la cual quedaron retratados la delegación o representantes que visitaron la corte de Maximiliano en 1865. De acuerdo con los registros históricos, la delegación kikapú no viajó sola, sino que fue acompañada por personas de la tribu de los mascogodos, los cuales también habían sufrido persecución en su región de origen, motivo por el cual habían viajado a la Ciudad de México para refrendar el derecho de territorio que se les había concedido.
Dentro de los sentidos especiales de esta exposición son las fotografías tomadas por algunos de los soldados franceses que sirvieron a la corte durante el breve periodo del Imperio de Maximiliano, los cuales lograron hacer espacio de sus actividades militares para poder tomar fotografías de la Ciudad de México y sus alrededores. Es de consideración el caer en la cuenta de que las cámaras fotográficas de mediados del siglo XIX no contaban con las características de versatilidad de las cámaras actuales, es decir, se trataban de cámaras sumamente grandes y pesadas, que requerían de grandes tiempos de exposición, además de que para generar un negativo, éste era realizado en láminas de vidrio, mucho más pesadas y frágiles, siendo prácticamente un milagro que estas fotografías lograran sobrevivir para poder ser impresas en Francia, debido a ello, es de suponer que estas fotografías no son conocidas en México, ya que fueron llevadas e impresas en la nación de los soldados, los cuales emprendieron el viaje de regreso al ocurrir la muerte del emperador, es por ello que la mayoría de estas fotografías nunca han sido impresas ni difundidas en medios lo que las vuelve un gran descubrimiento para el público nacional.
Retomando las fotografías de Briquet, él aprendió fotografía en Paris en los años 50 del siglo XIX, abriendo su estudio fotográfico en 1854, sin embargo, debido a la gran competencia entre los estudios fotográficos de Paris, no pudo tener el éxito deseado, teniendo que declararse en bancarrota en 1866 cerrando su estudio, debido a lo anterior, el Estado Francés durante 3 meses trató de encarcelarlo debido a que no podía pagar sus deudas, así que se vio obligado a salir de Francia en ese año. La historia no ha registrado el paradero de Briquet desde 1866 hasta principios de los setentas del siglo XIX, que es justamente cuando se comienza a tener registros de él en México.
Curiosamente, a pesar de ser perdonado en Francia, Alfred Briquet gustó tanto de México que terminó por quedarse hasta el día de su muerte, muriendo precisamente a unas cuantas cuadras del Museo Nacional de Arte.
Dentro de la exposición se cuenta con algunas de las fotografías más antiguas que se conocen de Briquet en México, datadas entre 1872 y 1873, teniendo como primera comisión, el registrar la construcción del ferrocarril que iba de la ciudad de Veracruz a la Ciudad de México y, de igual forma, se cuentan con algunos de sus últimos trabajos que realizó en vida, que consistían en reimpresiones que fueron vendidas como postales a principios del siglo XX, alrededor de 1910.

Sobre lo que se sabe de los últimos días de Briquet, se conoce que siguió trabajando en su estudio hasta 1915, prácticamente hasta el final de sus días, tomando y vendiendo fotografías.
Si desean conocer todo lo relacionado con la exposición fotográfica Alfred Briquet (1833-1926), se encontrará en el Museo Nacional de Arte hasta el domingo 11 de febrero del 2018 de martes a domingos en horarios de las 10:00 a las 18:00 horas con un costo de $60.00 (sesenta pesos mexicanos), con cortesías a las personas que muestren credencial vigente de estudiantes, docentes o adultos mayores afiliados al INAPAM, así como entrada libre todos los domingos. Si desean mayor información no duden en visitar el sitio de munal.mx, así como sus redes sociales: MunalMx en Twitter e Instagram así como Museo Nacional de Arte INBA en Facebook.
Referencias
Baz Sánchez, S. (23 de Octubre de 2017). Exposición fotográfica Alfred Briquet (1833-1926). Cuauhtémoc, Ciudad de México, México. Recuperado el 24 de Octubre de 2017
George Eastman Museum. (11 de Enero de 2003). Port of Veracruz, Mexico | Results | Search Objects | George Eastman Museum. Recuperado el 24 de Octubre de 2017, de George Eastman Museum |: http://collections.eastman.org/objects/7308/port-of-veracruz-mexico
Navarro, E. (23 de Octubre de 2017). Exposición fotográfica Alfred Briquet (1833-1926). Cuauhtémoc, Ciudad de México, México. Recuperado el 24 de Octubre de 2017
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