A veces, cuando realizamos el análisis de una obra, cuyo origen no solamente se encuentra en un idioma ajeno, sino que pertenece a una cultura completamente distinta, nos topamos con ciertas barreras para realizar una correcta interpretación sobre este tipo de obras.
En este caso, nos encontramos con una obra de arte del país del Sol Naciente, es decir, Japón, obviamente el idioma es distinto, incluso el tipo de escritura es totalmente distinta de la hispana, notamos además que la cultura hace que algunos conceptos no sean los mismos, pero ahí es justamente donde entra la ventaja de contar con un elemento común a la cultura oriental y occidental, es decir, los gatos.
A los gatos no les interesa las diferencias culturales, lo que implica que los comportamientos y actitudes de ellos (y de los humanos que convivimos con ellos), se vuelvan comunes rompiendo las barreras culturales entre los distintos continentes.
Para la obra que analizamos en esta ocasión, el artista conocido como Utagawa Kunisada (?? ??), nos muestra una escena que para el mundo contemporáneo sería bastante común, una mujer sosteniendo en alto a un gato. Más allá de lo que en palabras se expresa, la imagen nos da más detalles que el simple hecho de que alguien sostenga en lo alto a un pequeño felino, nos muestra una serie de actitudes que nos determinan qué ocurre en la escena.
Podemos ver desde la parte superior hasta la inferior de la imagen varios detalles, siendo el primero que salta a la vista, el listón atado con forma de moño en el cuello del gato, lo que nos indica que se trata, no de un gato callejero o de uno feral, sino de uno totalmente domesticado, tanto que el pequeño gato no se encuentra sacando las garras para tratar de defenderse, sino que mantiene la actitud de confianza hacia la humana que lo sostiene (incluso la posición de su pequeña cola indica más una muestra de diversión que de agresividad) y, es precisamente la forma como lo sostiene que nos lleva al siguiente detalle, donde podemos observar la mano izquierda de la mujer, la cual se encuentra en una posición no sólo de mantener agarrado al gato, sino de protegerlo para evitar que se caiga. Los que convivimos con gatos, sabemos que aun si el gato se callera, en realidad no le pasaría gran cosa ya que seguramente caería en sus cuatro patas sin recibir ningún daño, pero, aun así, su humana mantiene una actitud de protección.
Lo siguiente que observamos es que ésta dama sostiene al gato totalmente frente a su rostro, con la intención de que el minino la vea directamente, pero la mujer no mantiene una cara inexpresiva, por el contrario, incluso podemos ver que la chica se encuentra enseñándole su lengua a su compañero felino, es decir, no es una actitud de contemplación o de admiración, la mujer no tiene devoción por su acompañante, por el contrario, bromea, juega y tiene toda la confianza que se le tiene a un amigo de años o a un familiar.
Podríamos entrar en detalles sobre el atuendo, los detalles florales y de aves del kimono o los simbolismos en cuanto a los colores de la obra, pero quiero saltarme todo esto para pasar al último detalle de la actitud de los protagonistas, es decir, el pie derecho desnudo que se asoma por debajo del atuendo. Ese pequeño detalle tiene dos propósitos, uno es mostrar que no se encuentra la escena en el exterior de una casa, sino que se encuentra en la intimidad de un hogar y, la segunda intención es la de mostrar el movimiento, es decir, la mujer se encuentra caminando, tal y como lo haríamos en la actualidad cuando cargamos jugando a nuestros niños pequeños o, a nuestros gatos, dando mayor familiaridad al acto.
Como mencioné hace un momento, existen detalles más que estéticos o descriptivos en ésta obra, pero para nosotros en MaullArte se vuelven más importantes los simbolismos de los gatos y, este gato es muy simbólico, tal y como lo indica Vocelle en el sitio The Great Cat:
El simbolismo de los gatos en blanco y negro podría representar la dualidad entre el bien y el mal, o el equilibrio entre el bien y el mal, o quizás el concepto chino de yin y yang.
(Vocelle, 2014).
Finalmente, un gato es un gato, pero hay tanto misticismo en su estética que para nosotros los humanos nos es fácil otorgarles un valor agregado en nuestra percepción sobre ellos.
Bibliografía
Vocelle, L. (24 de Enero de 2014). Cats in the Enlightenment (Part 17 – Cats in Asian Art) | THE GREAT CAT. Recuperado el 22 de Abril de 2017, de THE GREAT CAT: http://www.thegreatcat.org/cats-enlightenment-part-17-cats-asian-art/